domingo, 21 de junio de 2009

Hay una confinada en la calle


Al tema de la prisión, posiblemente estas letras no le hacen justicia. Ese tipo de presidio, en el que te enloquece una pregunta ¿Qué fue lo que hice para merecer tan vil castigo? Y recordé a Pilar. Confinada a una celda pidiendo permiso para moverse, comer, dormir o salir por el polvoriento y solitario camino en el que tientas camina.
Sus cabellos también viven un presidio, el del abandono. Se han convertido en raíces blancas que rozan sus hombros, hilachas opacas y desteñidas.

Sus hombros caídos en señal de derrota, tratan de sujetar a un cuerpo y unos senos distorsionados sobre un vientre inflamado.

Sus manos, manos de artista, que una vez esculpieron los más bellos rostros y contornos.
Hoy, fantasmas del ayer que merodean por las verjas de La Complutense en Madrid.
Su verdugo en pie de lucha, la apuñala con palabras, y con su puño la hostiga. Viejas costumbres de su natal Siria. Ella, indefensa, enmudeció de rodillas. Sus sollozos son el eco de la calle. No se percibe libre, ni desea ser la primera, segunda y tercera persona en su casa. El miedo a la soledad y al silencio la amordaza. Soy testigo, vive en la celda número 27, a dos puertas de mi casa.



© bdj Rosario, 2009

sábado, 13 de junio de 2009

Una Mujer Imperfecta

Una Mujer Imperfecta

Se puso de pie la escritora
Y se despojó de su sandalia
Su otro pie estaba al desnudo
Se presentó como era,
Imperfecta
Sin avergonzarse de nada
Caminó sobre sus escritos
Que como brasa, quemaba
Era un lunes
Y se convirtió en domingo
Ya nadie la juzgaría
Solo querían tocarla
Para poder ser, perfectos.

©betsydjrosario, 2009

Las Palabras Cantan

Cantan las Palabras

Palabras que cantan
Zumbido adormecedor
Que recorre los bosques

Oceánicos de Nipón.

Se esconden entre las algas

Y arrecifes gigantes

Duermen por años sin que un escritor las encuentre,

Se apiadan

A veces de su mente

Cuando por un descuido resbalan
Y caen en sus profundas aguas

Mares que se abrazan

Y se entrelazan
Comas, puntos y silencios

Hay muerte de aquellos que se sumergen
Y no respiran profundo

Embelesados
Ante la riqueza de palabras,
Y el espejismo de las algas

Vale la pena morir sobre el tesoro de palabras
Sin develar su secreto
Ni el verbo, ni el adjetivo o sustantivo
Del escrito de su muerte.


© Betsydjrosario, 2009